viernes, 6 de julio de 2012

Hola Santo Domingo

Santo Domingo me ha acogido, puedo decir, que muy bien. Sobre todo agradecida a la familia de adopción que nos esperaba aquí. Esto hace que te sientas mucho mejor y comiences a conocer la idiosincrasia de un lugar como este tan exagerado como diverso.

El clima y el Caribe son de las cosas que más me cortejaron para decidir cambiar mi vida... siendo sincera, la falta de perspectivas a futuro en el país que me vió nacer, también.

Muchas cosas chocan a una mente europea, al llegar aquí. Como no sabía por dónde empezar, he elegido esta foto de frutas y verduras en el fregadero. Esto se debe a que aquí hay que limpiar bien, con agua y jabón, todas las frutas y verduras.

Y lechugas, repollos, fresas, etc, es decir, frutas y verduras que se consumen sin pelar, hay que desinfectarlas con agua purificada (no del grifo, sino de botellón que tienes que comprar) y hay dos opciones:
- una con "purissima": una dilución de hipoclorito de sodio que añades en gotas a tu cuenco de verdura y dejas reposar


- otra: con una primera fase de bicarbonato y una segunda fase con limón exprimido.

Esperas a que escurra el agua y a la nevera, porque el calor que hace aquí acelera la maduración (cosa buena) y la putrefacción (cosa mala)

Esto se debe al brote de cólera que surgió aquí después de estar erradicada. Como muchos sabrán, después del terremoto de Haití de 2010, las tropas de Naciones Unidas, que vinieron a "ayudar", regalaron a la isla esta bacteria (Vibrio cholerae).

Por consiguiente, hay que lavar bien los alimentos y lavarse con precuencia las manos... para evitar esta bacteria y demás. Un acto cotidiano, que interiorizas poco a poco... o no te queda más remedio :D

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